Por si un día te olvido

“Mi madre decía que somos ese montón de cosas que no nos permitimos olvidar. El torpe jugueteo de nuestro primer beso, el abrazo de nuestros padres el día de graduación, los aromas de nuestra casa de recién casados. Aseguraba que aquella colección de recuerdos es, por sí sola, nuestra vida entera. Lo que prometemos una y otra vez guardar celosamente, para tener algo a qué volver minutos antes de morir.”El escritor Octavio Cisneros está en prisión y no sabemos por qué. Lo que conocemos con certeza es que le han diagnosticado alzhéimer y pronto perderá lo único importante que le queda: sus recuerdos. En un intento de aferrarse a sus historias, a sus personajes y al único pasado que conoce, Octavio a sus sesenta y tantos se ve en la tarea de escribir sus memorias antes de que las pierda todas. Se relata a sí mismo, para recordar cuando ya haya perdido todo, acerca de su juventud, de las aventuras que lo llevaron a publicar su primer libro, acerca de su excéntrico mejor amigo y editor, Ricardo, y claro, acerca de un amor imposible. La mente de Octavio viaja a través de los años sin orden cronológico, sino que deja que su hilo conductor a través de todos sus relatos sea aquel recuerdo que más le pesa, el de un romance que intentó olvidar por años y ahora, irónicamente, trata de recordar como si su vida dependiera de ello. Es en lo específico donde se encuentra lo universal: el deseo de volver atrás, de volver a vivir los momentos que más añoramos, sin perder de vista la inevitabilidad de nuestro futuro. Por si un día te olvido traza una delgada línea entre el amor y el seductor delirio de una obsesión, mientras explora el poder de las palabras, la encrucijada de ser valiente –o perseverante–, así comolas anécdotas que nos conducen a las personas que definirán el curso de nuestra vida.